lunes, 23 de mayo de 2011

Mi primer blog

Siempre he pensado que la sonrisa vale más que mil palabras. ¡Qué gran verdad!.

Hoy en día nos pasamos el día yendo de allá para acá, corriendo la mayoría de las veces, preocupándonos por llegar a tiempo a todo, dándole vueltas a la cabeza a situaciones sin importancia... y no nos paramos a pensar en qué es lo que realmente es esencial en nuestra vida... ¡la sonrisa de los que nos rodean!.

Éste último año lo he interiorizado más que nunca, con 3 acontecimientos que jamás podré olvidar.

El primero de ellos ocurrió el 25 de junio de 2010; tras unos cuantos sustos, muchas preocupaciones y demasiadas conversaciones con una tripa de por medio =) nació mi sobrino Marcos. Sabía que sería especial el día que llegara, que es un sentimiento dificil de explicar... ¡y se quedó corto!. Cuando tras horas de espera detrás de unas puertas que no ofrecen demasiada información, caras de preocupación, oyes el primer llanto... ¡te da un vuelco el corazón!. Mi pobre cuñada y mi hermano... lo que duró el parto... ¡pero se nos olvidó en cuanto le vimos la cara... y su primer bostezo!.


Gran misterio de la humanidad, cómo, tan sólo con dejar pasar el tiempo.. tu cuerpo va creando dentro de ti a una personita con sus manitas, piececitos, su carita perfecta... y las uñas ¡qué gran detalle el de las uñas! Han pasado ya casí 11 meses, y aún me parece alucinante la capacidad de aprendizaje que tiene, cada día que pasa te sorprende con una habilidad nueva (la última, quitarse los calcetines mientras le cambias, dar palmas con el cumpleaños feliz), pero hay algo que no cambia... ¡tiene la sonrisa y los ojos más preciosos que he visto jamás!.


Esta misma sensación la volví a repetir el 23 de marzo de 2011, hace justo 2 meses, cuando nació mi sobrino Jaime (que tiemble Gasol!). Esos ojitos que te miran fijamente y a los que no me puedo resistir y contraataco con una metralleta de besos. Todo un ejemplo de superación, creciendo día a día y demostrando que es un valiente. No se puede explicar la emoción que sientes al ver a tu hermana en camilla, con el bebé a su lado. Indescriptible.

Y por último el 16 de diciembre... el dia que David y yo fuimos a ver por primera vez nuestra casa. Mucha imaginación con los planos, unas cuantas cuantas veces que nos colamos para verla más cerca... y por fín llegó el día. Es emocionante pisar por primera vez la que será la casa de tu vida. Eso es lo verdaderamente importante de la vida, ver como la persona con la que vas a compartir tu vida se emociona al pisar el suelo de la casa donde vais a vivir juntos, al ver una cocina donde sólo hay azulejos, al imaginaros sentamos en un sofá donde sólo está el suelo... En ese momento se te olvidan las miles de conversaciones sobre si la pared irá en magenta o en azul, si el sofá será de 2 o 3 plazas... y solo te apetece ver la sonrisa que aparece en la cara de tu pareja.

Llegar a casa y ver cómo se le ilumina la cara a Marcos cuando te ve aparecer, cómo le gusta que cantes con él cuando vas por la calle rodeada de gente, o a Jaime demostrando la fuerza que tiene, sus ganas de vivir y cómo se duerme acurrucado junto a ti... esos momentos no tienen precio.

Hoy comienzo mi blog, y no veo mejor manera de hacerlo que agradeciendo a todas las personas que me han ayudado durante estos años y que aún hoy, lo siguen haciendo, a mis hermanos por el regalazo que me hicieron con la llegada de Marcos y Jaime, a mis padres porque me apoyan incondicionalmente, y a David, por ser el mejor compañero de viaje que podría tener jamas.

=)